¿Determina el lenguaje que hablamos, el como pensamos? En español, por ejemplo, tenemos los términos celeste y azul para distinguir entre un azul más claro, y un azul más oscuro. En Inglés en cambio, se refiere típicamente a ambos colores con el mismo término blue. ¿Genera esta diferencia en el lenguaje una diferencia en cómo los hablantes de una y otra lengua ‘perciben’ los colores? Los lenguajes difieren no sólo  en vocabulario sino en sus propiedades gramaticales. Por ejemplo, algunas lenguas marcan en el verbo (tense) la información sobre cuándo ocurrió la acción descrita por el verbo (como ahora, comí ayer, comeré mañana), otras como el Chino Mandarín no lo hacen (comer ahora, comer ayer, comer mañana). Hace esta diferencia en la gramática, más ‘sensibles’ a los hablantes que marcan la distinción versus aquellos que no lo hacen?

Las relaciones entre pensamiento y lenguaje han sido objeto de interés y especulaciones por siglos, pero ha sido sólo en las últimas décadas que se han logrado testear más empíricamente algunas de estas hipótesis. Sin embargo, la mayoría de estos estudios, que se focalizan más bien en la estructura comparada de los lenguajes, intenta probar lo que considero efectos poco interesantes del lenguaje sobre el pensamiento, resultados que se obtienen en el laboratorio, pero que no tienen mucha validez ecológica fuera de él. Y paradójicamente, se han dejado de explorar las maneras más interesantes y profundas en que el lenguaje afecta la manera como pensamos. En esta charla intentaré mostrar cómo la manera interesante en que el lenguaje afecta al pensamiento, no pasa tanto por las peculiaridades gramaticales de una lengua u otra, sino por el hecho de que al hablar un lenguaje, cualquiera, hemos aprendido maneras de atender el mundo que no hubieran sido posibles sin él. Y esto tiene profundos efectos en términos de moldear nuestra mente y la manera como pensamos.