En el estudio de cómo los humanos resuelven problemas de razonamiento, de aprendizaje predictivo y de procesamiento visual; se ha constatado la aparición repentina de nuevos patrones de respuesta. Las explicaciones para esos nuevos patrones de respuestas están basadas en el paradigma del cambio representacional. En dicho paradigma la noción inicial acerca del problema es remplazada por una más precisa, después de la implementación de heurísticos o estimaciones probabilísticas orientadas a reducir el error.
Una explicación alternativa viene de los enfoques de cognición corporizada basados en las teorías de sistemas dinámicos (TSD). Aquí la emergencia de un nuevo patrón de conducta sigue los mismos principios que regulan sistemas biológicos y físicos; y en ese sentido la conducta no respondería a mecanismos de computo representacional. Ahora bien, ¿cómo los enfoques de cognición corporizada, basados en las TSD, pueden explicar la conducta sin recurrir a las representaciones? La explicación no es unitaria, pero existen al menos tres principios que son compartidos. El primer principio propone que la cognición es un cúmulo de patrones de respuestas auto-organizados derivados de la actividad adaptativa y coordinativa del organismo inserto en un ambiente físico y social. El segundo principio plantea que aun cuando estos patrones expresan una extrema sensibilidad al ambiente -lejos de ser aleatorios- tienen una regularidad producto delacoplamiento entre procesos motores y senso-perceptuales. Finalmente, el tercer principio indica que la conducta no es regulada por circuitos rígidamente definidos en el cerebro, sino que por mecanismos de ensamblaje suave, maleables funcional y estructuralmente, distribuidos en todo el cuerpo y capaces de (des)articularse sin mediación de un controlador o central ejecutiva.
En términos empíricos la aparición de nuevos patrones de respuestas tiene ciertas características difíciles de explicar representacionalmente. Por ejemplo, cuando estos patrones de conducta son medidos en extensas series de tiempo, las series de datos adoptan la forma de distribuciones que se ajustan a la ley de potencia. Por otro lado, cuando es aislada la varianza error, es posible encontrar que este error no tiene una estructura aleatoria como es usualmente supuesto; sino que tiene un componente determinístico que puede ser resumido por una serie coeficientes de auto-similitud (estructura fractal). Finalmente, la emergencia de nuevas conductas, ante variaciones contextuales, genera una estructura de recurrencias que no es aleatoria y tampoco periódica; sino que es caótica, con rápidas fluctuaciones en la entropía, y altos niveles de determinismo. La demostración de estas características, con distintas tareas y en diferentes ambientes, ha llevado a proponer que la cognición y la conducta no son causadas por procesos mentales, sino que son un fenómeno emergente derivado del acoplamiento dinámico entre el cerebro, el cuerpo y las propiedades del entorno.