En este trabajo se analizará el concepto de muerte desde una perspectiva naturalista, y luego se propondrá y examinará una tesis filosófica específica y relativamente controversial acerca de la muerte, a saber: la tesis de que es imposible decidir racionalmente entre dos cursos de acción respecto del bienestar de un individuo, tal que uno de ellos conduzca a la mantención o prolongación de la vida del individuo, y el otro conduzca a su muerte.
Lacónicamente, el argumento para dicha tesis va como sigue
Premisas del argumento
1. “Estar muerto” en realidad no refiere a ningún estado, como sí ocurre con “estar dormido”, “estar sufriendo” o “estar adolorido”. Cuando decimos que un individuo a está muerto, lo que decimos simplemente es que a en algún momento existió y estuvo vivo, pero ya no lo está: ya no vive, ni existe.[1]
2. Una elección racional entre dos alternativas respecto del destino y bienestar de un individuo, requiere comparar posibles estados o propiedades alternativas de dicho individuo, a la luz de algún criterio de evaluación relevante (un ejemplo de tal criterio podría ser: a todo individuo, caeteris paribus, le será mejor aquella alternativa que le implique mayor placer/menor dolor sobre otra alternativa que le implique menor placer/mayor dolor).
3. Ahora bien, mientras un individuo exista y esté vivo, dicho individuo podrá poseer alguna propiedad y/o encontrarse en algún estado; pero mientras un individuo “esté muerto”, no tenemos propiedades ni estados. De modo que los casos “el individuoa está adolorido (o enfermo, sufriendo, deprimido, etc.)” y “el individuo a está muerto” no son situaciones comparables en términos del bienestar de los estados o propiedades del individuo en cuestión.
Conclusión del argumento
4. Por tanto, respecto del destino y bienestar de un individuo, no es posible decidir racionalmente entre dos alternativas una de las cuales conduzca a la mantención o prolongación de la vida de dicho individuo, y la otra conduzca a su muerte.
Una vez presentada esta tesis, se examinarán sus implicancias y su relevancia para temas como la racionalidad y moralidad del suicido, el aborto, el derecho a la vida, la eutanasia, y demás problemáticas bioéticas.
Finalmente, se discutirán posibles problemas que puede enfrentar este planteamiento filosófico.
[1] Decir que “a está sufriendo” en términos lógicos equivale a decir “el individuo a está en el estado de o posee la propiedad de sufrir”, e implica lógicamente: “hay un x, tal que x está en el estado de o posee la propiedad de sufrir”. Pero decir que “a está muerto”, equivale lógicamente a decir que: “no hay un x, tal que x es idéntico al individuo a”. Así, la muerte no es un estado de un individuo, sino el hecho de que no exista tal individuo.
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